Recientemente, se definió un ajuste salarial para los encargados de edificios en Argentina tras un acuerdo entre diversas entidades del sector. Este convenio establece incrementos del 3,8% para octubre y 3,5% para noviembre, buscando compensar parte de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. Aunque el acuerdo fue presentado a la Secretaría de Trabajo, su homologación aún está pendiente, lo que genera expectativas y algunas tensiones en el sector.
Este anuncio fue revelado por el programa Consorcios 360, que brindó detalles adicionales sobre los impactos y desafíos asociados con este aumento salarial.
La brecha entre aumentos salariales e inflación
En caso de confirmarse estos incrementos, los encargados de edificios habrán acumulado un ajuste salarial del 96,39% en lo que va del año para noviembre, mientras que el incremento interanual alcanzará el 136,89%. Sin embargo, estas cifras todavía quedan por debajo de las proyecciones inflacionarias, que indican un aumento acumulado del 115,28% para el mismo período y del 170,18% en términos interanuales, según datos del INDEC y el REM.
En otras palabras, los trabajadores enfrentarían una pérdida real en su poder adquisitivo de 18,89 puntos porcentuales en el acumulado anual y de 33,29 puntos en la comparación interanual, un desafío constante en el actual contexto económico.
Restricciones del gobierno complican el panorama
El Gobierno nacional, preocupado por el impacto de los ajustes salariales en la inflación, estableció límites a las paritarias hacia finales de agosto. Las autoridades notificaron que, a partir de octubre, no se homologarían acuerdos con aumentos superiores al 2% mensual. Esta medida, impulsada por el Ministerio de Economía, busca controlar los incrementos de precios, pero complica las negociaciones salariales en sectores como la propiedad horizontal.
En este escenario, se espera que Víctor Santa María, referente gremial, promueva que los administradores de edificios apliquen los aumentos pactados, aunque no cuenten con la aprobación oficial. Este tipo de tensiones no es nuevo y refleja las dificultades de equilibrar las demandas de los trabajadores con las políticas de control inflacionario del Gobierno.
Perspectivas y posibles desenlaces
La homologación del acuerdo será determinante para definir cómo avanzan los ajustes salariales en este sector. Si bien los incrementos acordados representan un alivio parcial para los trabajadores, la brecha frente a la inflación sugiere que será necesario seguir negociando para reducir las pérdidas de poder adquisitivo.
Además, la decisión gubernamental de limitar las paritarias podría generar nuevas tensiones, no solo con los sindicatos, sino también entre los administradores y los propietarios de unidades funcionales, quienes eventualmente deben afrontar estos costos.
Conclusión
Este acuerdo salarial expone la complejidad del contexto económico actual, donde los trabajadores buscan mitigar el impacto de la inflación mientras el Gobierno intenta contenerla con restricciones a los ajustes salariales. Aunque los aumentos pactados son un avance, queda en evidencia que el diálogo entre las partes involucradas es fundamental para abordar los desafíos estructurales que afectan a este sector y a la economía en general.