Víctor Santa María, actual secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (SUTERH), volverá a presentarse como candidato en las elecciones sindicales del próximo 26 de julio. Lo hará sin rivales: será la única lista en carrera. La Celeste y Blanca, que él encabeza, fue la única habilitada para participar. Si resulta reelecto, completará 24 años al frente del gremio en 2029.
Un proceso cerrado para la oposición
El intento por abrir el juego democrático dentro del sindicato volvió a frustrarse. Jorge Bustos, dirigente que impulsa la llamada Lista Bordó, buscó por segunda vez competir por la conducción, pero su lista fue nuevamente desestimada. Apenas dos días después de presentar la candidatura, la Junta Electoral del SUTERH le negó el uso del color Bordó, símbolo que identifica su espacio político.
Frente a esta decisión, Bustos acudió a la Justicia con una acción de amparo, que fue rechazada. Luego presentó una apelación, también sin éxito: el 26 de junio, el fallo adverso quedó firme, sellando la exclusión de su lista.
Antecedentes que se repiten
La historia entre Bustos y el aparato del SUTERH no es nueva. Ya en 2021 había intentado participar en los comicios de ese año, celebrados el 30 de octubre. En aquella ocasión, la Junta Electoral también lo dejó fuera de carrera, argumentando incumplimientos en los requisitos estatutarios.
Según denunció el propio Bustos, nunca tuvieron acceso al Estatuto del sindicato, pese a haberlo solicitado en múltiples oportunidades, incluso mediante una carta documento. Sin ese texto legal, cumplir con los artículos 92º, 93º y 94º resultaba inviable.
Denuncias públicas y falta de transparencia
Durante una entrevista emitida el 4 de julio en el programa radial Consorcios 360, Bustos detalló las trabas que enfrentó al intentar competir contra la conducción de Santa María. Habló de un sistema que impide la alternancia, donde las listas opositoras son descartadas mediante mecanismos burocráticos, sin siquiera poder debatir sus ideas en igualdad de condiciones.
La ausencia de canales efectivos para el disenso interno plantea un problema estructural: el sindicato funciona sin competencia real, y cualquier intento de oposición parece condenado al fracaso desde el inicio.
Cómo se desarrollaron los hechos
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16 de mayo: El SUTERH convoca oficialmente a elecciones.
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19 de mayo: Se abre la inscripción de listas.
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26 de mayo: La Lista Bordó presenta su candidatura.
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28 de mayo: La Junta Electoral rechaza el nombre y color de la lista opositora. Se inicia una acción de amparo.
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29 de mayo: El juzgado laboral desestima el pedido de amparo.
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30 de mayo: Cierra el período de inscripción de listas. Bustos apela la decisión judicial.
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31 de mayo: Santa María anuncia que sólo la lista Celeste y Blanca fue aprobada.
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6 de junio: La Justicia permite avanzar con la apelación.
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26 de junio: La apelación es rechazada, quedando fuera la Lista Bordó.
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26 de julio: Se celebrarán las elecciones con una única lista habilitada.
Una elección sin elección
La votación programada para el 26 de julio se desarrollará sin alternativas reales. No habrá debate de propuestas ni competencia de ideas. Con sólo una lista en carrera, la continuidad de Víctor Santa María al frente del sindicato está prácticamente asegurada.
El caso evidencia una dinámica preocupante en la vida institucional del SUTERH: la falta de participación efectiva de sectores opositores debilita la democracia interna y refuerza la concentración de poder.
Conclusión
En el SUTERH, las urnas volverán a abrirse, pero sin ofrecer elección verdadera. La exclusión sistemática de la oposición, la judicialización de los intentos por participar y la persistencia de una conducción sin contrapesos configuran un escenario de democracia restringida. La ausencia de pluralidad interna no sólo afecta al gremio, sino que envía un mensaje preocupante para el conjunto del sindicalismo argentino.