La paritaria de los encargados de edificios atraviesa un limbo administrativo. El 20 de mayo, la Federación Argentina de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (FATERYH) y las tres cámaras que representan a los consorcios (CAPHAI, AIERH y UADI) cerraron un ajuste salarial para junio y un bono de contingencia.
Sin embargo, ese documento nunca obtuvo la firma de ratificación de todas las partes ni la homologación del Ministerio de Capital Humano, del que depende la Secretaría de Trabajo. La carpeta ingresó por mesa de entradas el 21 de mayo y desde entonces descansa, con sello de recepción pero sin movimiento.
¿Qué contempla el acuerdo?
El texto acordado incluye dos componentes:
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Aumento del 1,1 % sobre todas las categorías a partir del 1 de junio.
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Bono remunerativo de $50 000 por única vez, con impacto en aportes y aguinaldo.
Sindicato y cámaras se comprometieron a reabrir la discusión en julio. En teoría, la suba del 1,1 % sería un “puente” hasta ese mes; en la práctica, está sujeta a un trámite que ni siquiera comenzó a despacharse.
¿Qué pasó con el acuerdo anterior presentado en febrero?
El expediente del 25 de febrero corre la misma suerte. Allí se fijaron cinco puntos principales:
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Recomposición del 1,1 % en marzo sobre la escala de febrero.
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Bono remunerativo de $50 000 para todas las categorías durante marzo, abril y mayo.
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Contribución Solidaria de $24 000, ajustable de manera automática cada vez que se modifiquen los salarios.
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Bono extraordinario del 20 % a liquidarse en el mismo mes que el bono navideño de diciembre.
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Compromiso de las partes de revisar la paritaria al cierre del primer semestre.
Ese documento continúa sin despacho. Si la autoridad laboral guarda silencio hasta el 26 de junio, el gremio podría ampararse en la figura de homologación tácita, aunque suele tratarse de un recurso político más que jurídico.
¿Por qué la Secretaría de Trabajo demora la homologación?
Fuentes de ambos lados sugieren tres hipótesis:
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Falta de interlocutores técnicos: desde el cambio de administración, varias direcciones de la Secretaría quedaron vacantes o con cargos interinos.
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Revisión política de bonos: el Gobierno evalúa caso por caso los montos fijos por fuera del básico porque presionan las cuentas de seguridad social.
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Señal negociadora: la demora puede ser una forma de inducir a que las partes moderen sus reclamos futuros.
¿Qué pasa entonces con los consorcios?
Mientras no exista resolución, los administradores enfrentan un dilema:
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Aplicar los incrementos y evitar entrar en un litigio con el encargado y el sindicato.
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Esperar la homologación y pagar retroactivos con el potencial conflicto en puerta.
Muchas liquidaciones de sueldos de mayo se confeccionaron con las cifras nuevas para evitar conflictos. Si hasta el 30 de junio no aparece la homologación, será el cuarto mes consecutivo sin actualización formal de las escalas.
Conclusión
La paritaria de edificios quedó atrapada entre la premura inflacionaria y la parálisis administrativa. Dos convenios firmados ofrecen alivios puntuales (un 1,1 % más bonos), pero ninguno cuenta aún con el aval estatal que les otorgue fuerza legal. Si la Secretaría de Trabajo no actúa antes del 26 de junio, la homologación tácita abrirá una ventana de litigios, porque el Estado tendría que reconocer aumentos ya devengados. En el corto plazo, los encargados viven una espera tensa; en el mediano, consorcios que no han abonado los aumentos temen liquidaciones retroactivas que inflen las expensas. El limbo regulatorio, lejos de apaciguar conflictos, los posterga.