Los matafuegos en CABA: ¿medidas de seguridad o simples formalidades?
La normativa que regula los controles de matafuegos en la Ciudad de Buenos Aires ha sido un vaivén constante en los últimos años. Desde cambios enfocados en reducir costos hasta la reinstauración de controles más estrictos, las decisiones parecen estar influenciadas por debates judiciales y políticos más que por datos concretos que evalúen su impacto en la seguridad contra incendios. La última modificación, oficializada el pasado 9 de octubre, eliminó nuevamente la obligatoriedad del control trimestral de extintores, una medida que había sido reintroducida apenas tres meses antes.
Una normativa en permanente revisión
El debate en torno a los controles de matafuegos no es reciente. En 2018, bajo la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, la Ley 6.116 modificó el régimen de verificaciones, estableciendo que estas se realizarían una vez al año en lugar de trimestralmente. La medida formaba parte de un paquete de 14 iniciativas orientadas a reducir los costos de las expensas en edificios de propiedad horizontal, con el objetivo de aliviar las cargas económicas de los vecinos.
Sin embargo, esta disposición no fue bien recibida por todos. La Cámara de Empresas de Mantenimiento de Extintores de la República Argentina (CEMERA) inició en 2019 una batalla legal para revertir estas modificaciones, argumentando que la menor frecuencia de verificaciones podría comprometer la seguridad de los edificios y sus ocupantes. A pesar de esta controversia, el esquema de control anual se mantuvo hasta mediados de 2023.
En julio de 2023, con Jorge Macri al frente del gobierno porteño, la normativa volvió a cambiar reintroduciendo los controles trimestrales. No obstante, esta medida tuvo una vida breve, pues en octubre se decidió nuevamente su eliminación sin proporcionar argumentos sólidos que justificaran el cambio.
El papel de los datos en el debate
Uno de los principales obstáculos para evaluar el impacto real de estas medidas es la falta de estadísticas específicas sobre incendios en edificios de propiedad horizontal. Actualmente, no existe un registro que permita analizar si los controles trimestrales tienen una influencia directa en la prevención de incidentes.
Lo único disponible son cifras generales sobre las intervenciones del Cuerpo de Bomberos en la Ciudad de Buenos Aires. Entre 2006 y 2017, período en el que los controles trimestrales estaban vigentes, las intervenciones anuales rondaban las 21,000 en promedio. En contraste, durante los años en que se aplicó el control anual, entre 2018 y 2023, este promedio descendió a cerca de 17,000. Si bien la diferencia parece significativa, no hay datos que expliquen si el descenso está vinculado al cambio en la frecuencia de las verificaciones o a otras variables externas.
Modificaciones recientes: la Resolución 187/SSGU
El 28 de octubre, la Subsecretaría de Gestión Urbana formalizó la derogación del control trimestral a través de la Resolución 187/SSGU. Este documento modifica el Reglamento Técnico del Código de Edificación, eliminando la obligatoriedad de contratar empresas especializadas para realizar las verificaciones trimestrales, así como el requisito de informar periódicamente los resultados a la autoridad correspondiente.
A partir de su publicación en el Boletín Oficial, la resolución entró en vigencia, marcando un nuevo cambio de dirección en la normativa que regula la seguridad contra incendios en edificios porteños.
Una discusión sin rumbo claro
La constante oscilación entre controles anuales y trimestrales evidencia una falta de consenso entre los distintos actores involucrados. Por un lado, el sector empresarial vinculado al mantenimiento de extintores defiende controles más frecuentes, mientras que las autoridades gubernamentales parecen priorizar la reducción de costos para los vecinos. En este contexto, la ausencia de datos concretos dificulta la implementación de políticas eficaces y coherentes.
La seguridad contra incendios es una cuestión crítica, y decisiones como estas deberían basarse en análisis técnicos sólidos y no en medidas improvisadas. Mientras tanto, los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires permanecen en un escenario de incertidumbre, sin claridad sobre qué esquema de control garantiza mayor protección.
Poca certeza en los controles de matafuegos
El caso de los matafuegos en la Ciudad de Buenos Aires es un ejemplo claro de cómo las políticas públicas pueden perder efectividad al carecer de datos concretos y análisis técnicos que sustenten las decisiones. Los cambios constantes entre controles anuales y trimestrales generan más confusión que certezas, dejando en el aire si alguna de estas medidas tiene un impacto real en la prevención de incendios. Una solución sostenible requerirá un enfoque colaborativo entre autoridades, expertos en seguridad y el sector privado, respaldado por estadísticas claras que permitan evaluar los resultados.




