Una nueva polémica surge en torno a los encargados de edificios y las negociaciones salariales del sector. La Dra. Victoria Loisi, representante de la Fundación Liga del Consorcista, ha denunciado que el gremio busca implementar incrementos salariales sin contar con el respaldo legal necesario. Según la especialista, estos aumentos, acordados con entidades de administradores de consorcios, no han sido homologados ni publicados oficialmente por la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, lo que pone en duda su legalidad.
Exigencias fuera del marco normativo
En una entrevista con el diario Clarín, Loisi expresó su preocupación por las exigencias del gremio, que busca que los consorcios paguen estos incrementos “a cuenta”, aunque no hayan sido homologados. La abogada calificó esta práctica como ilegal y advirtió que genera una enorme incertidumbre económica tanto para los propietarios como para los inquilinos.
“Los aumentos salariales parecen ser ahora un asunto mensual, sin que se considere el impacto inflacionario real. Estamos a merced de anuncios del gremio que no tienen aval jurídico”, subrayó. Para muchos consorcistas, esto representa un desequilibrio que amenaza con agravar aún más la situación financiera de los edificios residenciales.
¿Qué dice la normativa?
En los acuerdos paritarios del sector, se establece que cualquier acuerdo debe ser aprobado por las autoridades laborales competentes. Estos documentos suelen incluir cláusulas específicas que estipulan que, si no se logra la homologación a tiempo, los pagos se realizarán como “a cuenta del acuerdo paritario” siguiendo las escalas salariales publicadas por el gremio.
Sin embargo, expertos como Loisi insisten en que esta práctica es inválida si el acuerdo no ha sido oficialmente homologado. Esto implica que los empleadores no están obligados a cumplir con los pagos, incluso en casos donde el acuerdo contemple esa posibilidad. Por lo tanto, la ausencia de validación oficial debilita tanto la transparencia como la seguridad jurídica para todas las partes involucradas.
El papel crucial del Estado
El sistema de negociaciones paritarias en Argentina se basa en un delicado equilibrio entre trabajadores, empleadores y el Estado. Mientras que los primeros buscan mejores salarios y condiciones laborales, los segundos intentan reducir costos y mantener la sostenibilidad de sus negocios.
El Estado, por su parte, actúa como mediador y garante de que los acuerdos sean legales y respeten los derechos de todos los involucrados. La homologación de los acuerdos no solo asegura que se cumpla con la normativa vigente, sino que también les otorga carácter de ley. Sin esta intervención, cualquier pacto entre gremios y empleadores carece de obligatoriedad, lo que genera un clima de incertidumbre y posibles conflictos legales.
Irregularidades en los acuerdos
Otro aspecto que llama la atención es la falta de rigor en la redacción de algunos convenios. Según se ha reportado, es común que los acuerdos incluyan cláusulas estandarizadas que simplemente actualizan el mes de referencia. En algunos casos, ni siquiera se realiza este ajuste, y se mantienen fechas incorrectas del acuerdo anterior.
Este tipo de errores, sumados a la ausencia de homologación, generan desconfianza entre los consorcios y una sensación de arbitrariedad en las exigencias gremiales. Los expertos coinciden en que estas prácticas no solo complican la gestión administrativa, sino que también aumentan la posibilidad de enfrentamientos legales entre las partes.
Conclusión
La controversia sobre los aumentos salariales de los encargados de edificios pone en evidencia un problema estructural en las negociaciones paritarias del sector. Sin la homologación oficial por parte del Estado, los acuerdos carecen de validez legal, lo que afecta tanto a los empleadores como a los trabajadores.
Es imprescindible garantizar que estos procesos sean transparentes y ajustados a la normativa vigente, no solo para proteger los derechos de ambas partes, sino también para evitar que propietarios e inquilinos sufran las consecuencias de decisiones tomadas fuera del marco legal. La intervención estatal sigue siendo un pilar fundamental para asegurar la estabilidad y la confianza en el sistema.